Feb
08
2012

Reseña de El mapa del cielo, de Félix J. Palma



El mapa del cielo es la segunda novela de la trilogía victoriana de Félix J. Palma, iniciada hace cuatro años con El mapa del tiempo. Sin embargo, no es la segunda parte. Ni la primera. Ambos “mapas” son novelas cerradas que pueden leerse de forma independiente en el orden que se prefiera. De hecho el autor recomienda comenzar con esta segunda, con El mapa del cielo, aunque los eventos que narra son posteriores a los de El mapa del tiempo.

El original protagonista de esta magnífica novela sigue siendo el escritor H.G. Wells, que se ve envuelto en una trama surgida de una de sus propias novelas: la invasión de la tierra por parte de los marcianos que él mismo inventó en La guerra de los mundos. Se hace acompañar de los mismos inolvidables personajes que en la anterior novela, pero Palma ha cuidado mucho la redacción y no hay ningún contenido que pueda estropear la posterior lectura de El mapa del tiempo.

Este primer hecho ya merece nuestro efusivo aplauso: escribir dos novelas y entroncar sus eventos para que ambas obras sean autónomas y que en ninguna se delate las sorpresas de la otra es meritorio; pero (y atentos al trabalenguas) aumentar el disfrute de los detalles y la percepción de nuevos significados leyendo antes la novela que por hechos narrados debería ser la segunda y después la que en puridad debería ser la precuela, es algo que jamás había visto. Asimov era un gran maestro en el arte de encontrar huecos donde colar nuevas historias dentro de sus propias tramas, pero jamás transgredió el orden de lectura consiguiendo como colofón que esa permutación fuera beneficiosa para el lector. A Palma, aparentemente, no le ha costado más esfuerzo que desearlo…

Pero acabamos de empezar.

El mapa del cielo es una historia de amor dentro de una historia de aventuras dentro de una historia de ciencia ficción dentro de una narración tan delicada como un poema. Porque la prosa de Palma es exactamente eso: poesía. Y así recomiendo que se lea El mapa del cielo: no con el frenetismo con el que se aborda una novela de acción, ni con el sesudo análisis con el que verificamos los relatos de ciencia ficción, sino con la corazón abierto a la sensibilidad y el ritmo sosegado con el que se disfruta un poema.

El mapa del cielo está escrito con una cadencia mágica que nos hace ir de una frase a la siguiente y a la siguiente sin saber cómo el mago consigue hacer el truco pero sabiendo siempre que estamos dentro de un hermoso engaño y que queremos continuar sumergidos para siempre en él. Mi consejo: saborea las palabras de Palma, bellas, precisas y accesibles, sin ser nunca recargantes o rebuscadas.

Disfruta, en definitiva, sin prisas, del placer de la lectura. El mapa del cielo es un apasionante rompecabezas en el que Palma va colocando las piezas sin orden aparente y en el que termina configurando una ilustración perfecta de cómo se construye una historia.

El mapa del cielo

La narración de El mapa del cielo no es extraordinaria sólo en hechos o sucesos, sino también en el poso que permanece tras su lectura: como en todas las historias, al terminarla no recordaremos todo lo que en ella ocurre. Pero como sólo sucede en las buenas historias, atesoraremos escenas, descripciones, párrafos e imágenes pero, sobre todo, nos quedará un regusto exquisito,  un tesoro de ilusión por las lectura, un grato recuerdo de toda la diversión que nos ha proporcionado.

Cerraremos el libro con una sonrisa en los labios que tardará en borrarse.

El mapa del cielo es, en resumen, uno de los más bellos homenajes a la literatura que recuerdo. Además de la ficción de Wells, esta novela coloca a Edgar Allan Poe como protagonista de un tercio del libro. A Poe y a sus pesadillas; en especial, a la inquietante narración de Gordon Pym, que Palma utiliza magistralmente para resolver o recolocar su enigma final y engarzarlo con la historia de Wells.

Como lector, una de las mayores recompensas que se pueden pedir no es leer una novela inmortal, sino hacerlo en el mismo momento en que nace. Ahora tenemos esa oportunidad con El mapa del cielo. La trilogía victoriana de Palma cuenta ya  con dos novelas cuya calidad supera cualquier parámetro de excelencia bajo el que se analicen, pero lo más valioso como lectores es que tenemos en nuestras manos la posibilidad de leer ahora lo que mañana será un mito.

P.D. De la tercera y última novela de la trilogía victoriana (que puede estar lista en tan sólo dos años) sólo sé tres cosas con certeza: que ya tiene un título decidido, que en ella aparecerá Arthur Conan Doyle, y que me gustará.

 

Lo mejor:

  • De nuevo, la fabulosa prosa de Félix J. Palma, con párrafos capaces de hacernos reír o llorar, a su entera voluntad.
  • La diversión que se mantiene dentro del lector durante todo el libro. Se nota cuando las cosas están hechas desde el cariño.

Lo peor:

  • Inevitablemente, hay algunas páginas que están algo por debajo de la perfección del resto.
  • Al final, nos quedamos con ganas de más.

Nota: 9’5

 


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