Reseña de Steampunk: antología retrofuturista, editada por Félix J. Palma
¿Qué narices significa steampunk? ¿Y retrofuturista? Esto me preguntaba mi cuñado al ver mi ejemplar de esta antología de autores españoles, editada por Félix J. Palma y publicada bajo el sello de Fábulas de Albión.
Y no supe contestarle demasiado bien: época victoriana, máquinas a vapor, un futuro alternativo. Creo que conseguí liarlo más.
Por suerte para mí, Félix da respuesta clara a esto en el prólogo del libro: “Se trata de un subgénero larvado dentro de la ciencia ficción que salió a la luz en los años ochenta, consistente en historias que muestran un futuro alternativo presidido por esa extinta ciencia [de máquinas] a vapor”.
Desde la irresistible imagen que preside la portada hasta el último de los cuentos, pasando por el prólogo de Palma y las biografías sintéticas de cada autor al final del libro (algo fundamental en una antología), este volumen es una delicatessen, un pequeño manjar que se puede disfrutar a bocados o de una sola sentada.
Nombres propios de la ficción de nuestro país, como Fernando Marías, José Carlos Somoza y Andrés Neuman se mezclan con figuras menos conocidas pero no por ello menos brillantes. Doce historias retrofuturistas que abarcan todo lo que da de sí el género, desde los autómatas y zeppelines hasta los vampiros y las máquinas infernales.
De entre ellas, rescato mis tres preferidas:
La primera es, como no podía ser de otro modo, la que da comienzo a la antología: El arpa eólica, de Óscar Esquivias. No conozco a este señor, ni he leído nada suyo aparte de este cuento, pero al pasar la primera página (repito, la primera) de su historia, lo busqué en Google para verificar si era un pseudónimo de Félix J. Palma. No lo era. Óscar es un señor de carne y hueso. Y escribe de dios.
La segunda es Dynevor Road, de Luis Manuel Ruiz (cuyo blog podéis visitar aquí), un tremendo relato que se condensa en la bellísima frase que el propio Luis Manuel propone: la felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria.
Y por último, London Gardens una desbordante historia con trazas de ciencia ficción asimoviana que nos deja con ganas de leer mucho más de su autor, Juan Jacinto Muñoz Rengel.
De nuevo me encuentro ante una selección en la que no sobra ninguna historia; en la que, aunque algunos cuentos no comulguen plenamente con mis gustos, no he dejado de disfrutarlos; y que, en definitiva, me ha servido no solo para pasar muy buenos ratos de lectura, sino para ampliar mis horizontes locales, para redescubrir que no es necesario salir de nuestras fronteras para encontrar una ficción excepcional.
Termino con palabras mejores que las mías, reproduciendo el último párrafo del prólogo de esta más que recomendable antología:
“Cualquiera de estos relatos podría haber sido publicado en el siglo XIX, no en vano muestran un futuro igual de entrañable que el que esbozaron los autores que siguieron la senda abierta por Julio Verne y H.G. Wells. Cada uno de ellos constituye la visión de un futuro que ahora sabemos que nunca se hizo realidad, pero que no puede dejar de resultarnos fascinante. Pasen y sueñen”.
Nota final: 8
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