Compré este cómic en la Feria del libro de Madrid. Quería que un librero me recomendara algo raro, pero de gran calidad, lo que yo suelo llamar “libros perdidos“: esas joyas que por algún motivo quedan olvidadas y sólo unos pocos afortunados conocen. Me dio este cómic. Se lo devolví. No estaba interesado en un cómic publicado por Astiberri y que acababa de ganar el premio a la mejor obra y mejor guión en el Salón del cómic de Barcelona.
Me lo volvió a dar, diciéndome:
– Es muy bueno. De verdad.
Puedo decir que acertó. No es un libro perdido, pero sí es una joya.