Jul
02
2012

Grandes historias en pequeño formato: novelas breves candidatas a los Hugo



De las cinco novelas breves (novella) que optan a los premios Hugo de este año, quiero resaltar dos. Ambas están disponibles para descarga gratuita (la información completa está más abajo), ambas son excepcionales y una de ellas es mi favorita.

Se trata de “The Man Who Ended History: A Documentary”, de Ken Liu, y de “Silently and Very Fast” de Catherynne M. Valente.

Ken Liu es un joven escritor estadounidense con ascendencia china que cosecha gran cantidad de premios entre sus relatos y cuentos. Otro de ellos, “The Paper Menagerie”, también opta a un Hugo en la categoría de relato breve, en la que contará con mi voto. Lo primero de este autor que se va a traducir a castellano aparecerá en la antología Terra Nova.

Ken Liu

The Man Who Ended History: A Documentary” es una grandísima historia: utilizando la ciencia (ficción) como excusa, Liu explora las implicaciones de experimentar la historia (el pasado) y no sólo conocerla por métodos indirectos.

Con estructura de documental (la idea es heredada de Ted Chiang), este relato nos cuenta los esfuerzos de Evan Wei, historiador, y su esposa Akemi Kirino, física, por rescatar del olvido y honrar a las víctimas del escuadrón 731, un Auschwitz japonés donde se torturó sistemáticamente a prisioneros chinos para investigaciones bacteriológicas. Esta unidad existió realmente, y las atrocidades que cometieron han sido cómplicemente silenciadas por los gobiernos occidentales. Pero a mi entender, que una historia se base en hechos reales no aporta ningún valor a priori: si la historia que cuenta es buena, merecerá la pena profundizar en la realidad que narra. Si la historia es una basura, flaco favor hará a la verdad en la que se basa.

Por fortuna, esta historia es formidable. Alejado del melodramatismo fácil, Liu plantea en su documental todos los puntos de vista: los que la apoyan incondicionalmente la investigación (pocos); los que muestran reticencias a remover el pasado (muchos); la exposición de los matices de un análisis histórico; el valor real que tienen los testimonios oculares frente los hallazgos de la arqueología tradicional y los conflictos que nacen al establecer una jurisdicción sobre el tiempo.

Esta historia me llegó muy bien recomendada y os garantizo que el aplauso estaba más que justificado. Ojalá alguien se anime pronto a traducirla.

— o —

Catherynne M. Valente

Silently and Very Fast”  es un libro complejo. Muy complejo. Con una prosa cercana a la poesía y una estructura tan alejada de lo lineal como seamos capaces de imaginar, Catherynne M. Valente nos desvela por capas, como retirando velos para ver cada vez un poco más, la historia de Elefsis, una inteligencia artificial que busca su propia identidad. Una bellísima historia que nos hace replantear lo que entendemos por inteligencia, lo que entendemos por existir; que recoge de manera brillante el testigo de los grandes escritores del género y que trenza, en poco más de noventa páginas, una de las historias más maravillosas que recuerdo.

Sé que la sinopsis de “Silently and Very Fast” me han quedado pobre y poco atrayente. Prefiero que sea así, porque cuando un escritor ponen tanto mimo y cariño y precisión en contar las cosas de otra forma, el reseñador debe apartarse y dejar camino,  sin abrir mucho la caja de tesoros para que sea el lector quien la descubra y hunda su cabeza en ella. Eso sí, una advertencia: será necesario leer esta historia al menos dos veces para sacar todo su jugo.

 

La novela breve de Liu puede convencer a los lectores ajenos a la ciencia ficción de lo mucho que aporta este campo más allá de la mera literatura de ideas, de lo mucho que tiene que ofrecer fuera de lo que vende el cine como ciencia ficción: marcianos, naves espaciales, etc. Es un gran libro, accesible y sencillo de entender, es humano y plantea dudas sobre nuestros propios horizontes.

Pero “Silently and Very Fast” puede convencer a cualquier lector crítico con el género de que dentro de la ciencia ficción no sólo hay grandes escritores, sino grandes artistas.

En casi cualquier otra circunstancia, votaría sin dudarlo la novella de  Liu. Pero este año la jovencísima Valente ha presentado un historia terriblemente superior en todos los aspectos.

Dejen paso a La Reina.

PD. Aunque están salpicados por el texto, dejo aquí los enlaces directos a las novellas:


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