Reseña de “Danza de dragones”, de George RR Martin
NOTA: Esta reseña NO contiene spoilers del libro, aunque sí de los cuatro anteriores de la saga de “Canción de hielo y fuego“.
“Danza de dragones” es posiblemente la novela más esperada de los últimos años. Los lectores de la saga saben lo que significa sufrir, pues han pasado seis años desde que se publicara el anterior libro de la saga, “Festín de cuervos“, y once (sí, once) desde “Tormenta de espadas“.
Como todos recordaréis, a partir de “Tormenta de espadas” la historia se bifurca, y sólo algunos de los personajes aparecen en “Festín de cuervos“.
El resto, lógicamente, aparece en “Danza de dragones“: los tres esperados por todos (Tyrion, Daenerys y Jon), dos de los POVs de la tercera novela (Bran y Davos) y otros nuevos que no desvelaré.
No tengo a mano la primera edición de “Tormenta de espadas” (el libro más largo de la saga hasta el momento), pero estoy convencido de que “Danza de dragones” lo supera con sus 1040 páginas (George RR Martin lo llama cariñosamente “Kong“).
La extrema longitud de este libro se explica porque no es solamente una historia paralela a “Festín de cuervos“, sino que va más allá en el tiempo. Es decir, los acontecimientos superan la línea de tiempo de “Festín” y recuperan algunos de los personajes que participan en la cuarta novela de la saga (eh, esto no es un spoiler: lo cuenta GRRM en la primera página de “Danza“), avanzando su desarrollo.
La estructura del libro sigue el esquema de “Festín“: un prólogo contado por un personaje que no vuelve a aparecer, diferentes POVs “principales” (Jon, Tyrion, etc.), y POVs secundarios que no adquieren el rango de principales y no son llamados por su nombre. En principio, no tienen relevancia por sí mismos, sino por los hechos que narran. En “Festín“, por ejemplo, aparecen “El hombre ahogado” o “La hija del Kraken“. En “Danza“, aparecen, entre otros, “El premio del rey” y “El vigilante“. El libro termina con un epílogo y los crecientes apéndices.
Sin embargo, por suerte para todos los lectores, ahí terminan casi todas las similitudes con “Festín“. Después del “fiasco” que muchos sufrimos con “Festín“, “Danza de dragones” es el libro que todos estábamos esperando leer. Desde un prólogo perfecto hasta una acción desenfrenada y los excelentes “cliffhangers” de GRRM, pasando por personajes que amamos y odiamos (a veces el mismo personaje y en el mismo capítulo) y escenarios cuyas descripciones hacen volar nuestra imaginación.
Tras once años para dos libros, he tenido mucho tiempo para reflexionar. Y creo que el principal problema de “Festín” no fue sólo el libro en sí, sino las expectativas de los lectores. Demasiado tiempo pasó desde el tercer libro, demasiadas “aventuras” del escritor (otros libros, los cuentos cortos, convenciones, etc.), demasiada ansiedad concentrada. Cuando “Festín” se publicó, ningún libro hubiera valido para compensar la espera. Con “Danza” ya hemos aprendido a ser pacientes, y el libro se devora de otra forma, más razonable y quizá tranquila.
Esto es un aviso para aquellos que lleven mucho esperando por este libro, y sea su “primera vez”: reducir las expectativas, leerlo casi como leeríais un libro más, y disfrutarlo por lo que es y lo que cuenta, no por lo que esperáis que sea. Los resultados mejorarán sustancialmente.
Por otro lado, al igual que ocurrió con “Festín“, muchos lectores se sentirán desbordados por “Danza“. 1040 páginas, cientos (literalmente) de personajes, escenarios, relaciones e historia que trascienden lo que yo considero razonable retener para la memoria de un lector. “Danza de dragones” no es un libro difícil, pero sí exigente.
Es imprescindible que se relean los cuatro libros anteriores antes de comenzar “Danza“, y no una lectura ligera, sino con lápiz y papel, tratando de leer entre líneas, apuntando teorías y puntos oscuros, nombres, etc. En otro caso, mucho de lo que ocurre en “Danza” no tendrá sentido o será complicado de entender, y mucho del disfrute de la novela se dispersará tratando de entender de dónde surge cada trama. Estáis avisados…
Este “listón” de dificultad de lectura no existía en “Tormenta de espadas“, libro hasta el que (creo) casi todo el mundo llegó de forma sencilla y casi lineal. “Festín” fue el primer libro que requería más del lector que una simple lectura “por encima” de los libros anteriores, y éste también fue uno de los motivos por los que a muchos nos defraudó el libro.
“Danza” tiene este mismo listón y es posible que también defraude a todos aquellos que esperen una novela simple. Hay mucho nuevo en esta novela, y mucho rescatado de las cerca de 4.000 páginas de las novelas anteriores. Para sacarle todo el jugo, repito, es necesario tener fresca la historia.
Las preguntas que todos nos hacíamos antes de la publicación de este libro eran dos:
- ¿Es de nuevo otro “Festín de cuervos“? La respuesta (afortunadamente) es un rotundo no.
- Y, ¿es mejor que “Tormenta de espadas“? La respuesta (desgraciadamente), también es no.
Como acabamos de explicar, “Tormenta de espadas” es un libro mucho más accesible, por lo que su valoración siempre será mayor. “Danza de dragones” abarca más páginas, más personajes, más POVs, y mucho más bagaje. Es más complicado de seguir y, aunque es un libro excelente, dudo que consiga puntuar tan alto como “Tormenta” para la mayoría de los lectores.
Si tuviera que comparar “Danza de dragones” con otro libro de la saga, lo equipararía a “Choque de reyes“. Hay mucho en vuelo, la acción es complicada, y aunque es apasionante, se resuelve poco, dejando mucho (¡mucho!) abierto para el siguiente libro. No creo que nadie se pueda quejar.
Pero no todo es bueno. El libro, como casi todos, no es perfecto.
El prólogo es una maravilla, y vuelve a subir el tono y nivel al más puro GRRM. Sin embargo, tras este fabuloso arranque, la historia se congela, se ralentiza, para casi todos los POVs. Es lógico en cierta medida, pues se trata del comienzo de un libro (siempre suelen ser más tranquilos), pero muchos creo que esperábamos que la acción y la fuerza de la saga no tuviera fin. De ahí mi aviso previo: leerlo con calma, como un libro casi “aislado”, dándole tiempo a que se plantee la acción propia del mismo, y no lo leáis como quien lleva once años esperando saber qué ha sido de su personaje favorito: no beneficia a la historia.
Tras aproximadamente el 10% del libro, se arrancan los motores y todo empieza a tomar ritmo. Bran, por ejemplo, toma altura y deja de ser un POV casi inútil. Es una buena noticia.
La mala es que la amplitud de este libro (y de la saga en general) hace que GRRM tenga que jugar a los palillos chinos con muchos personajes: ir moviendo los palos que los sostienen para que no caigan. Algunos atraviesan el libro sin más, sin pena ni gloria, sin mucho avance en su historia, sólo para garantizar que el lector pueda encontrarlos de manera más o menos natural en las siguientes novelas: podrían haberse eliminado y no afectar al libro. No daré nombres… Otros sólo tienen sentido para dar paso a nuevos personajes (o personajes que ya conocíamos pero que cobran mayor protagonismo).
Por el contrario, y sin revelar detalles, sí mencionaré a un personaje muy importante que hay que saber leer.
Tyrion es uno de los personajes más queridos por los lectores (yo, por ejemplo) y en este libro sufre bastante. Está fuera de lugar la mayoría del tiempo, y sus potentes diálogos no aparecen hasta bien avanzado el libro.
Al principio esto supuso una pequeña decepción para mí. Pero según evolucionó el libro, entendí claramente que ésta era la intención del autor en todo momento, y concuerda a la perfección con el arco de este personaje: de estar totalmente desubicado a recuperar su madera de Lannister y hacerse valer (y querer). Esa maestría en el manejo de los personajes y de los lectores es una de las principales marcas de la saga y del escritor.
Por desgracia, otra de las marcas de la serie comienza a cansar. El “cliffhanger” del personaje que muere o parece que muere pero reaparece después sigue en este libro. No sólo reaparecen algunos que cualquiera diría muertos, sino que algunos mueren aparentemente, pero el lector ya no sabe que pensar. O mejor dicho, espera cualquier cosa.
Hemos visto tanto, que algunos casi esperan que Ned Stark reaparezca.
De hecho, tuvimos en este blog una encuesta sobre quién iba a morir en este libro. Pese a que alguno de los candidatos parece haber muerto, sería incapaz de confirmar si realmente se ha acertado…
Por otro lado, también existe un leve problema con la edición del libro. No culpo a nadie: estoy convencido de que yo haría lo mismo. Si tuviera en mis manos una novela que va a vender millones de ejemplares y por la que los lectores llevan esperando seis años, no demoraría su publicación ni un solo día. Y esto se nota en algunos detalles: desde la portada del libro hasta detalles como símiles y temas repetidos, o incluso la reaparición de la misma frase en el mismo capítulo (esto ocurre dos veces: la primera es un claro error de edición; la segunda, un juego del autor). Lograr una pintura de calidad para la portada (también ocurrió con “Festín“: comparar las ediciones originales de los tres primeros libros de la saga, cuando ésta no era inmensamente popular) y editar más de 1000 páginas no es algo que pueda hacerse rápidamente: requiere tiempo.
Al igual que el buho blanco que marca el final del otoño y el comienzo del invierno, creo que dentro de la saga, “Danza de dragones” marca el final del “comienzo” y que todas las tramas están ya arrancadas. No creo que no vayan a aparecer en la siguiente novelas nuevas tramas que no estén ya iniciadas (o al menos sugeridas), y que el sexto libro representará el desarrollo o nudo clásico de una novela. La septima entrega, evidentemente, será el cierre, desenlace o conclusión.
Si esta creencia se confirma, y los dioses nuevos y antiguos me escuchan, representaría que tanto la sexta novela (titulada temporalmente “Vientos de invierno“) como la séptima y última (“Sueño de primavera“) tardarán mucho menos en escribirse.
La historia lo dirá.
Lo mejor:
- GRRM ha vuelto.
- “Danza de dragones” es comparable a “Choque de reyes“.
Lo peor:
- No es “Tormenta de espadas II“.
- Es un libro muy exigente. Hay que tener fresca la historia de los 4 primeros volúmenes. Y leerlo con calma.
Nota final: 9
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