Reseña de “El invierno del dibujante”, de Paco Roca
Compré este cómic en la Feria del libro de Madrid. Quería que un librero me recomendara algo raro, pero de gran calidad, lo que yo suelo llamar “libros perdidos“: esas joyas que por algún motivo quedan olvidadas y sólo unos pocos afortunados conocen. Me dio este cómic. Se lo devolví. No estaba interesado en un cómic publicado por Astiberri y que acababa de ganar el premio a la mejor obra y mejor guión en el Salón del cómic de Barcelona.
Me lo volvió a dar, diciéndome:
– Es muy bueno. De verdad.
Puedo decir que acertó. No es un libro perdido, pero sí es una joya.
La historia que narra es sencilla: el intento de varios dibujantes de la editorial Bruguera de montar su propia revista, la extinta Tío Vivo.
Con un tremendo respeto por todos los personajes que aparecen (desde el eterno Ibáñez de Mortadelo y Filemón hasta el conspicuo Vázquez), Paco Roca revisa esta pequeña tragedia española y nos la transmite con una sinceridad elogiable.
Nada sobra y nada falta en esta bella historia de un digno y fracasado proyecto: las ilusiones de sus personajes, sus temores y convicciones, condensadas en 128 páginas de un dibujo personalísimo que nos traslada a la Barcelona de los 50 y de la censura.
Los lectores de mediana edad reconocerán a los dibujantes de sus personajes favoritos de aquella época, y verán la vida de estos obreros de la viñeta con otros ojos, más tristes quizá, pero también más honrados.
Aunque no estoy seguro de que sea un elogio para su autor, describiría “El invierno del dibujante” como una historia narrada con viñetas, en lugar de un cómic con un guión. Es decir, primaría lo que cuenta frente al medio que utiliza (si es posible hacer esa diferenciación).
La agilidad de los diálogos, la veracidad de los personajes y la sencillez pero rigurosidad del guión hacen recomendable para cualquiera esta odisea local. Que nadie espere, sin embargo, el componente épico: sólo encontrará hombres.
Lo mejor:
- La historia, sencilla y honesta.
- El retrato de la sociedad franquista y de la Barcelona de la época.
Lo peor:
- El dibujo es muy personal, y quizá no convenza a todos.
- Hace falta tener una edad (+30/35) y haber leído a los autores representados para saborear totalmente este cómic.
Nota final: 9
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