V de Vendetta, de Alan Moore
El documental más polémico de 2010 ha sido posiblemente “El juego de la muerte“.
La televisión francesa decidió realizar un experimento para comprobar el poder de la televisión y la autoridad sobre las personas. Ciudadanos comunes se prestaban voluntarios para participar en lo que creían que era un concurso.
Dos participantes en cada prueba: uno real, el voluntario. Otro ficticio, parte del grupo que organizaba el experimento.
Cada vez que el concursante ficticio fallaba una pregunta, el voluntario, la persona corriente seleccionada para el experimento, debía aplicarle una descarga eléctrica. Desde una sala cerrada, cuyo interior el voluntario no ve, el concursante ficticio simulaba dolor y gritaba ante la descarga eléctrica. El voluntario escuchaba perfectamente las súplicas para que parara. Según avanzaba el concurso, las descargas “aplicadas” eran cada vez mayores, y los alaridos de sufrimiento aumentaban.
De los 80 voluntarios seleccionados, sólo abandonaron 16; el resto aplicó las descargas a otro ser humano hasta el final porque lo pedía la presentadora del concurso. De entre los que continuaron, había un nieto de judios perseguidos durante el Holocausto. Otra concursante confesó: “Desde que era niña me he preguntado por qué los nazis lo hicieron. Y ahora estoy yo haciendo lo mismo“.
Lo que pocos (si alguno) ha dicho es que ese atroz experimento, casi palabra por palabra, con la misma escalofriante conclusión y exactamente el mismo porcentaje de abandonos, fue descrito en tan sólo 4 viñetas de este libro, más de 20 años antes de la elaboración del polémico documental.
Confío en que este ejemplo haga ver a algunos lo lejos que están los cómics de ser material infantil.