Sep
27
2012

Cinco consejos para escritores noveles de ciencia ficción y fantasía



En miles de páginas, blogs, revistas y libros encontrarás consejos generales para escritores noveles: escribe a diario, considera tu audiencia, ten una presencia en redes sociales, etc.

Aquí no voy a repetir esos consejos. Todos ellos son válidos, independientemente de lo que escribas. Lo que encontrarás a continuación son consejos específicos para quienes se inician en la escritura de ciencia ficción y fantasía.

1. Aprende inglés.

Seguramente no buscabas este consejo. Creo oírte decir “eh, ¡vamos!. Quiero trucos sobre cómo crear monstruos y técnicas para narrar historias sobre universos paralelos. ¿Para qué demonios quiero aprender inglés?”.

Y sin embargo, es posiblemente el segundo mejor consejo que puedo darte.

El panorama mundial de la ciencia ficción y la fantasía está dominado por el inglés. Puede que esto cambie en el futuro y el chino sea el idioma de referencia pero, mientras llega el momento, el inglés es la lingua franca de la literatura fantástica. Los grandes premios son para obras en inglés, las grandes publicaciones, antologías, editoriales son estadounidenses o británicas.

En el pasado festival Celsius se preguntó a muchos de los autores españoles que acudieron si vivían de la escritura. Sólo dos de ellos lo hacían: uno de ellos es un autor de éxito internacional y el otro escribía ciencia ficción y fantasía “adulta” y tuvo que pasarse al mercado YA (young Adult) para lograr suficientes lectores.

El resto no vendía como para poder vivir de sus libros. España no es un país de gran consumo de literatura fantástica, e incluso las grandes sagas internacionales tienen problemas para sobrevivir en nuestro mercado. Si de verdad quieres tener una oportunidad, plantéatelo muy en serio: leer y escribir en inglés puede marcar la diferencia entre terminar una novela y terminar una novela de nivel internacional susceptible de venderse en cualquier país.

Ignora este consejo bajo tu propia responsabilidad.

2. Suscríbete a varios magazines de ciencia ficción y fantasía (en inglés).

De todo lo que se publica dentro del género fantástico, sólo una minúscula parte se traduce al castellano. Con esta breve selección tendrás una visión sesgadísima y tardía del panorama fantástico y el estado el arte. Tus historias no alcanzarán los estándares actuales porque simplemente no los conocerás.

Incluso si crees que basta con utilizar los servicios de un traductor para pasar tu texto al inglés, debes  conocer los tropos y técnicas y temas que se manejan o ser un escritor con pocos recursos y una visión pobre sobre el terreno literario al que quieres dedicarte.

La mejor forma de estar al día es leer varias decenas de novelas al año, pero es posible que no puedas mantener un ritmo tan elevado de lecturas. Las historias breves publicadas en revistas internacionales como Lightspeed o Clarkesworld son la solución de compromiso: hay pocas personas en el mundo que conozcan  mejor que sus editores el nivel requerido para un texto. Cada mes, seleccionan un puñado de relatos de cientos de candidatos y los incluyen en sus revistas.

Manténte al día leyéndolas.

3. Suscríbete a revistas de investigación especializadas. Y utilízalas como material para tus historias.

Si en el punto anterior te recomendaba leer mucha ficción, aquí te recomiendo algo que en apariencia (pero sólo en apariencia) es lo opuesto. Si pretendes escribir ciencia ficción, lee revistas sobre astronomía o química orgánica, por ejemplo; si tu campo es la fantasía, prueba el análisis histórico o los estudios mitológicos. Si puedes, lee de ambas categorías independientemente de lo que escribas. Todo lo que aprendas o recuerdes enriquecerá tus textos, aunque no seas consciente de ello.

Por ejemplo, llegará el momento en que tengas que hablar de supernovas. Como escritor, tendrás más recursos a tu inmediata disposición si has leído sobre ellas y conoces cómo se forman y operan. Podrás ofrecer detalles que hagan tus relatos más veraces, más sinceros, más exactos. Tus lectores lo agradecerán. Pero incluso si no hablas estrictamente de supernovas, tu escritura se beneficiará de esas capas del humus de la mente que menciona Tolkien como el origen de las historias.

Esta recomendación tiene una segunda parte que no es pasiva: en cada revista que leas, busca algún artículo, elemento o detalle sobre el que trabajar y crea algo con él. Puede ser un relato breve, un esquema de magia, el uso de una técnica o simplemente completar una descripción que utilice algo de lo que has leído. Todas las ideas valen, porque lo importante no es la calidad directa de lo que obtengas, sino que mejores tu capacidad de trabajar sobre cualquier material y producir algo original con él. Sin embargo, no basta con que imagines lo que vas a hacer con él, sino que de hecho lo hagas: escríbelo, obtén algo tangible.

Es importante que hagas este ejercicio con cada revista que leas: no importa si no te ha interesado nada de lo que has leído, si ya conocías parte de sus contenidos, o si no te apetece: se trata de crear una rutina, de que los músculos de tu imaginación estén siempre en forma. Sáltate esta práctica una sola vez y, como ocurre con el resto de hábitos, tus músculos se resentirán. Ejecútala rigurosamente y adquirirás una enorme confianza en tus habilidades que te será necesaria primero en la larga distancia de una novela y después a lo largo de tu carrera.

4. Comienza con relatos breves. Continúa con una saga.

El mejor sitio para empezar a escribir son los relatos breves. Historias cortas que puedes terminar en una tarde y revisar durante una semana. Si logras producir historias a este ritmo, en un año habrás escrito 52 cuentos: seguramente en alguno de ellos haya algo aprovechable.

Si es así, envíalo a una publicación internacional y comprueba tu progreso. Si no puedes permitirte un traductor y tu nivel de inglés no es suficiente, busca revistas, concursos o antologías en castellano. Posiblemente no harás dinero con tus relatos, pero lo que de verdad te interesa ahora es saber en qué nivel estás moviéndote. Si empiezas a ser premiado y tus textos empiezan a publicarse, tu escritura va por buen camino. Además, estarás ganando visibilidad. Y lectores.

Pero los relatos breves son sólo el punto de arranque: la fantasía y la ciencia ficción palpitan al ritmo de las novelas. Cuando estés listo, salta a esa distancia.

Completar una novela y venderla, pese al enorme reto que supone, es sólo el segundo paso. Un editor no apuesta por un nuevo talento si cree que va a perder dinero (lo que dicho sea de paso es exactamente lo que suele ocurrir con los nuevos talentos). Pero tendrá los ojos más abiertos si hay solución de continuidad, si lo que el escritor novel le ofrece no es una única obra, sino el primero de sus libros basados en un universo propio.

Los editores apuestan por los libros, pero también por los autores. Si sólo tienes una novela, ésa es tu única baza. Si, en cambio, ofreces un plan de futuro, una serie de libros que puedan seguir vendiéndose y que atraigan a los lectores que ya ha capturado la editorial gracias a tu obra, encontrarás una mejor recepción a tu trabajo. No necesitas tener ninguna otra novela escrita o desarrollada, pero sí haber previsto varias alternativas sobre cómo continuar tu primer trabajo.

Una advertencia importante: si bien una trilogía puede ser atractiva para un editor, asegúrate de que cada uno de los libros puede leerse de forma independiente y tiene un final suficientemente cerrado. Los editores pueden negociar los derechos de una novela sabiendo que hay más en curso, pero no comprarán la segunda si la primera no se vende bien. Los lectores, por su parte, no quieren sentirse atados a sucesivas novelas de una saga si deben entrar en el universo del autor por un libro concreto y éste no les convence. Si tus novelas están emplazadas en un territorio común pero pueden leerse independientemente, tendrás más posibilidades de venderlas y de que los lectores accedan a ellas.

5. Menos construcción de mundos y más calidad.

Uno de los grandes riesgos que afrontan los escritores noveles de lo fantástico es ensimismarse en la construcción de universos sin terminar jamás de escribir sus novelas. Asegúrate de disfrutar de tu trabajo y de crear mundos extraños y únicos, pero no olvides que sólo son medios para contar historias: están a su servicio. Tómate el tiempo necesario para crear tu mundo y sus reglas, pero si no tienes una buena historia que contar, no tendrás un lugar para colocar estas ideas en las que tanto has trabajado. Y cuando tengas tu relato perfilado, evita la tentación enloquecedora de inundarlo con detalles que sólo son imprescindibles si aportan a la narración. En caso de duda, no los incluyas.

Hace un tiempo esto significaba que gran parte del hermoso trabajo de construcción de realidades que se realizaba era completamente invisible al lector (esto no es exactamente cierto, pero no es relevante para el artículo). Hoy día esto ha cambiado. Es muy sencillo crear una web para tu libro y colgar allí todo tu worldbuilding. Tus novelas no son enciclopedias, sino historias en las que tu universo está vivo.

Si me preguntas en qué deberías estar trabajando en todo momento, no será en crear más worldbuilding: recuerda que eres escritor, no arquitecto.

Trabaja en perfeccionar tus textos, en emplear mejores palabras, construir mejores frases, inventar mejores metáforas, esculpir mejores personajes, colocar mejores cliffhangers y converger hacia mejores finales.

Porque el más importante de todos los consejos es éste: escribe lo que quieras, pero escríbelo bien.
(Nota: este artículo se publicó originalmente en Tregolam).


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