Reseña de El mapa del tiempo, de Félix J. Palma
Puedo empezar por contar que todavía me tiemblan las manos de leer El mapa del tiempo. Puedo empezar presentando mi más sincera y radical envidia a la prosa de Félix J. Palma. Puedo empezar por las historias que tienen lugar en esta novela victoriana y que, pareciendo inconexas, se entrelazan de manera magistral a lo largo de sus 622 páginas de ensueño.
Pero no. Voy a empezar hablando del azar.
Jamás hubiera leído El mapa del tiempo por propia elección. Novela de autor español desconocido, premiada en un certamen menor de novela (Ateneo de Sevilla) hace ya cuatro años y publicada por Algaida, una editorial relativamente pequeña del grupo Anaya. En este tiempo, no he oído hablar de ella, ni de su autor. El título no anticipa nada de la trama ni del género, y la portada muestra a una señorita victoriana y a un bobby inglés. Tenía todas las papeletas para no coger este libro de una estantería.
Una recomendación sobre libros en twitter me despertó la curiosidad. Casi por azar decidí participar en las votaciones de los premios Hugo de 2012, donde se votan, entre otras categorías, las novelas de ciencia ficción publicadas en inglés en 2011. En una lista de estas novelas volvía a aparecer El mapa del tiempo. Me decidí y lo cogí.
Nunca agradeceré suficiente haber encontrado esta novela.
Londres, 1896. El joven Andrew Harrington se prepara para quitarse la vida en la misma habitación donde Jack el destripador cometió el último y más salvaje de sus crímenes: el descuartizamiento de Marie Kelly, prostituta de Whitechapel y novia de Andrew. Sin embargo, su primo Charles lo evita in extremis enseñándole una escapatoria para el infierno en el que vive desde la muerte de su amada: viajar en el tiempo para acabar con Jack antes de que asesine a Marie.
Así arranca la primera de las tres partes que componen esta fantástica novela y que orbitan en torno a un personaje singular: el escritor H.G. Wells, uno de los padres de la ciencia ficción y escritor de novelas inmortales como La máquina del tiempo, El hombre invisible y La guerra de los mundos.
Primera advertencia: quien espere una novela de ciencia ficción al uso, se encontrará con una sorpresa. La novela podría haber sido escrita (tanto por el estilo como por el contenido) por el propio Wells: una novela especulativa de principios de siglo XX, que incluye ciertos contenidos científicos e invita a la reflexión. No es hard scifi.
Segunda advertencia: quien haya descartado de antemano esta novela por la ciencia ficción, que reconsidere su postura. Como digo en la advertencia anterior, el contenido de este género es escaso y seguro que no retrae de la diversión de su lectura.
Tercera advertencia: no es, en absoluto, un requisito previo. Esta novela se disfruta plenamente sin lecturas previas. Pero se nota que está escrita por alguien que admira (o ha investigado mucho) la literatura del XIX: Henry James, Bram Stoker, Julio Verne, Conan Doyle y, por supuesto, H.G. Wells, aparecen como personajes o se referencian en muchos lugares del libro. Es bueno tener cierta información y bagaje de estos autores (principalmente de Wells) para apreciar algunos de los detalles más finos.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto una novela. La bellísima prosa de Félix J. Palma te atrapa y te conduce con una maestría narrativa y una fluidez sólo al alcance de algunos escritores. Sus páginas rebosan confianza en su estilo, en su calidad, en su capacidad de mantener el interés gracias a su portentosa escritura incluso en las largas exposiciones que aparecen ocasionalmente (y que son lo único a lo que pondría algún reparo).
Félix J. Palma me recuerda mucho al mejor Zafón de La sombra del viento. También, como él, fue desconocido hasta un momento. A Zafón lo descubrieron en Estados Unidos y tuvimos que reimportarlo. Quizá ocurra lo mismo con Palma y nos vuelvan a enseñar desde fuera de nuestras fronteras que en nuestras tierras viven y escriben maestros de la literatura que dejamos escapar quizá por no estar apoyados por las grandes campañas publicitarias de las editoriales mayores o simplemente por el escepticismo, tan español, que tenemos a la hora de reconocer el talento de nuestro vecino.
Estamos de enhorabuena. Tanto vosotros como yo podremos decir en unos años que descubrimos a Palma antes de que se convirtiera en lo que llegará a ser: uno de los mejores escritores en español del siglo XXI.
Lo mejor:
- La prosa, tersa, delicada, deliciosa y exquisita.
- La experiencia inolvidable de sentirte conducido y manipulado por un narrador experto.
Lo peor:
- En ocasiones, se dilata la exposición de información o la repetición de información un punto por encima de lo que quizá sería perfecto.
- La edición (tercera) tiene erratas y convendría una revisión.
Nota final: 10
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