Reseña de La chica mecánica, de Paolo Bacigalupi
Tailandia, siglo XXII. Un reino cerrado al exterior para evitar contagios de las enfermedades que han asolado el mundo y que subsiste gracias a sus reservas ecológicas.
Militares corruptos, ambiciosas corporaciones, inmigrantes y supervivientes, genetistas y sus creaciones conforman esta original novela de ciencia ficción que cosechó todos los grandes premios de 2010.
Este año he abandonado mucho mis lecturas de ciencia ficción, y quería retomar el género con garantía de satisfacción, así que no me la he jugado. Pero incluso con todos estos avales, no puedo decir que haya acertado de pleno.
La chica mecánica es la quinta novela del escritor Paolo Bacigalupi, pero es la primera en ver la luz. Las cuatro anteriores fueron rechazadas por las editoriales (sospecho que pronto serán rescatadas del cajón). En 2009, una pequeña editorial de San Francisco la publicó y lo demás no requiere explicación: sólo en 2010, premios Hugo, Nebula, Locus y John W. Campbell Memorial.
Los neoseres son considerados juguetes por algunos y una evolución del ser humano por otros. Comunes en Japón como asistentes y acompañantes, son diseñados para servir y obedecer.
Uno de estos neoseres, una chica mecánica llamada Emiko, es abandonada en Tailandia. Allí sirve a un nuevo amo como atracción para su club: una prostituta pseudohumana, prohibida y exótica. Los conflictos entre su estructura genética y su voluntad de rebelión son enormes, y dirigirán gran parte de la acción de este libro.
La chica mecánica es una buena novela, que nadie me malinterprete. Se lee con facilidad superadas las cincuenta primeras páginas (pasado el aluvión de nombres tailandeses) y resulta tremendamente original. No se trata de una revisión de temas clásicos y muy trillados, sino que plantea un escenario inédito y brillante, desarrollándolo con soltura y elegancia.
Sin embargo, la narración se hace desde la distancia, a vista de pájaro, y se focaliza en el entorno, en las circunstancias generales, en las casuísticas de este reino que sobrevive cuando muchos otros han sucumbido a las plagas, pero no entra en profundidad al interior de los personajes, a los que nos es difícil comprender y que no acaban de interesarnos. Tienen carne y sangre para ser grandes protagonistas de una película de acción, pero les falta alma para una novela.
Este error es común en muchos libros, pero sobre todo en los de ciencia ficción, donde los escritores suelen hacer una gran inversión en la creación de universos pero olvidan o ignoran que las historias deben centrarse en los personajes, no en los planetas o tecnologías.
La chica mecánica adolece de ese defecto, quizá magnificado al presentar un entorno tan insólito, al que el lector desvía su atención en detrimento de los protagonistas.
Es posible que este problema haya sido un efecto buscado para hacer más atractivo el libro a los estudios de cine. En otro caso, no creo que haya pasado desapercibido al escritor y, sin duda, tomará buena nota para futuras novelas.
Si Hollywood no lo pervierte, estaré pendientes de ellas.
Lo mejor:
- La originalidad del universo
- El desarrollo de los grandes temas de la novela y sus implicaciones: genética, cambio climático, escasez de alimentos, etc.
Lo peor:
- Los personajes
Nota: 6,5
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