Mañana, 5 de febrero de 2011, es el primer “Save our libraries” Day (día para salvar nuestras bibliotecas). Aunque la iniciativa nace y tiene mayor difusión en Inglaterra, se ha adoptado por otros países gracias a su repercusión en sitios como Twitter.

Los “tories” han decidido cerrar hasta 400 bibliotecas en toda Inglaterra. Para las que se salven de la quema, el gobierno conservador tiene previstos recortes, como la sustitución de todo el personal de la biblioteca (desde el bibliotecario hasta el técnico informático) por voluntarios.

Cartel de cierre de bibliotecas

La excusa: que la comunidad contribuya y se fortalezca al unirse en torno a
un trabajo común.

“No comments”.

Diversas personalidades de la cultura inglesa se unirán a las protestas que tendrán lugar mañana por todo el país. Entre ellos, Philip Pullman (autor de la popular trilogía “La materia oscura“), quien realizó un discurso viral contra el cierre de bibliotecas  que encendió las redes sociales por toda Inglaterra. 
 
En época de crisis, lo normal es que la gente haga dos cosas con los libros: leerlos más (para formarse, para evadirse) y comprarlos menos. Esto último no requiere explicación.

Las bibliotecas son el punto donde estas necesidades se ven resueltas. Y gratis.

Para muchísima gente son además el único punto de acceso a Internet que tienen, y la búsqueda online de trabajo e información mediante el ordenador de la biblioteca es justificación suficiente para que un gobierno mantenga este servicio a la comunidad, a la que dice querer ayudar.

Hay voces que amparan estas medidas por la llegada del libro electrónico y su impacto negativo en el volumen de préstamos. Pero las nuevas tecnologías no son un fundamento para apoyar el cierre de bibliotecas, sino al contrario, las hacen más necesarias: cada vez más gente tiene necesidad de acceder al mundo del libro electrónico y las bibliotecas pueden contribuir en la formación y préstamo de estos nuevos medios de lectura (de hecho, en España ya lo hacen).   

Las bibliotecas son una parte básica del entramado cultural de un país, y los ingleses (los que leen, no sus gobernantes) son conscientes de ello.

Confío que este escenario no llegue a darse en España, porque sospecho que nuestra respuesta no sería la misma…

Borges imaginaba el Paraíso bajo la forma de una biblioteca. Por el bien de nuestras almas eternas, esperemos que no sea una de las que echen el cierre. 

¿Qué opinas de esta noticia? ¿Es realmente importante o Internet, Google y la Wikipedia pueden sustituir las bibliotecas?