Nunca es fácil adivinar el futuro. Ni aún cuando los datos parecen abrumadores se perciben de igual forma por todo el mundo. Predecir el futuro de los libros es extremadamente complicado, pues se está gestando una revolución hoy día. El panorama del libro puede cambiar en semanas de forma drástica y hacer ridículas u obsoletas todas las predicciones realizadas.
Incluso así, creo que es útil abrir un debate sobre las ideas que los lectores tenemos sobre cómo serán los libros, basándonos en nuestros deseos, nuestros conocimientos y, desde luego, en la imaginación.
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