Las tecnologías han irrumpido y modificado por completo todos los aspectos de la creación y el consumo de cultura: desde la literatura con los programas de escritura y los ebooks hasta la música con Logic Pro y los iPods. El arte gráfico no es una excepción.
Hace no mucho, un pintor o dibujante tardaba semanas o meses, incluso años, en conseguir una obra. Cualquier error era difícil de corregir, un cambio sustancial significaba tirar el trabajo (y el dinero en pinturas y lienzos) y empezar de nuevo.
El mundo digital ha cambiado esta historia y sus herramientas: Photoshop, Painter y Maya ocupan ahora el sitio de brochas y pinceles, y las pantallas de ordenador son los lienzos y telas del siglo XXI. Un error sólo necesita pulsar dos teclar para solucionarse, y los plazos para completar un trabajo han pasado a horas o días en el peor de los casos.
Y la calidad (y esto es completamente subjetivo) no se ha visto afectada.
Ballistic Publishing acaba de publicar el número 9 de su popular serie Exposé, donde recopila trabajos tanto de dibujantes y diseñadores gráficos consagrados como de otros que hoy son excelentes, pero prácticamente desconocidos. Es una oportunidad como pocas de anticiparse al futuro y ver los comienzos de los grandes artistas del mañana a la vez que se disfruta del (valga la redundancia) “estado del arte” digital elaborado por los maestros de los pinceles virtuales.
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