La misión principal, si no la única de un blog, es ser útil a sus lectores. Por eso quiero contarte mi experiencia leyendo libros en formato digital, sin ánimo de convencerte de sus bondades. Creo que puede resultarte útil si estás pensado en dar el salto a la tinta electrónica y todavía eres reticente, o si ya tienes uno y te interesa saber qué opinan otros compañeros de aventura.
En las últimas semanas, autores nacionales e internacionales han ido posicionándose ante la descarga ilegal de libros y sus posibles soluciones. Leíamos en este mismo blog que Neil Gaiman aprueba la piratería digital, mientras que los twitteros sabrán de la trifulca entre un popular cantante y el escritor de best-sellers Juan Gómez-Jurado.
Estos escritores han propiciado la creación de dos iniciativas que ponen a nuestra disposición varios libros gratuitos (3 en español, 1 en inglés). (más…)
Dark Prophecy es el primer ejemplo de lo que nos espera por ver en libros interactivos. Parece que nuestras diez predicciones se van a quedar pronto obsoletas, al ritmo que avanza el panorama literario.
Nunca es fácil adivinar el futuro. Ni aún cuando los datos parecen abrumadores se perciben de igual forma por todo el mundo. Predecir el futuro de los libros es extremadamente complicado, pues se está gestando una revolución hoy día. El panorama del libro puede cambiar en semanas de forma drástica y hacer ridículas u obsoletas todas las predicciones realizadas.
Incluso así, creo que es útil abrir un debate sobre las ideas que los lectores tenemos sobre cómo serán los libros, basándonos en nuestros deseos, nuestros conocimientos y, desde luego, en la imaginación.
Mañana, 5 de febrero de 2011, es el primer “Save our libraries” Day (día para salvar nuestras bibliotecas). Aunque la iniciativa nace y tiene mayor difusión en Inglaterra, se ha adoptado por otros países gracias a su repercusión en sitios como Twitter.
Los “tories” han decidido cerrar hasta 400 bibliotecas en toda Inglaterra. Para las que se salven de la quema, el gobierno conservador tiene previstos recortes, como la sustitución de todo el personal de la biblioteca (desde el bibliotecario hasta el técnico informático) por voluntarios.
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