Un avión está diseñado para ofrecer poca resistencia al aire. Para tomar tierra, despliega el tren de aterrizaje. En caso de fallo de éste, puede hacer un aterrizaje de emergencia posando la panza con suavidad, decelerando antes todo lo posible. Sólo una pequeña porción del casco rozará contra la superficie.
En el agua, la brusca penetración desde un medio de poca resistencia (el aire) a uno con gran oposición al avance (el agua), hará en la mayoría de los casos que el casco del avión sea atacado simultáneamente por múltiples zonas que chocan con el agua como si de miles de muros se tratara, pudiendo hacer que se desintegre por completo.
Aterrizar en tierra es difícil. Hacerlo en agua es un milagro.
Este pequeño fragmento de información no aparece en El arco iris de la gravedad (GR desde ahora por sus siglas en inglés) aunque bien podría hacerlo. Este pequeño fragmento viene a cuento de que GR es el agua fría del océano y yo un avión que se ha destrozado al leerlo.
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